miércoles, julio 04, 2007

na´qué ver...

advertencia: este es un post muy requetechafa, les recomiendo no leerlo. de hecho lo escribí por puro orgullo nomás porque quería hablar de eso. pero no vale la pena aventarse varios minutos en una historia que sólo le importa a una persona en el mundo: yo… y lo dudo.

están advertidos (sí, ustedes, la gran cantidad de lectores fieles que tengo, con todo respeto).

entré a la universidad por primera vez en agosto de 1995, a la carrera de arquitectura. entré por segunda vez en agosto del 2006 a la carrera de filosofía. las diferencias son bastantes, de una temporada a la otra, en cuanto a mi percepción como estudiante y como persona, por ejemplo:

la primera vez tenía 17 años. la segunda vez tenía 28. hay una diferencia de 11 años entre mis dos inicios, y experiencia y trabajo y vida.

la primera vez entré a arquitectura no muy convencida, pues yo quería desde entonces estudiar filosofía en la facultad de filosofía y letras de la paz, pero mis padres no me dejaron ir y me convencieron de estudiar una carrera aquí, y yo tan obediente en aquellos tiempos, elegí la que siempre me había gustado, después de filosofía y literatura: arquitectura. la segunda vez era en realidad el tercer intento por estudiar filosofía: a los 17, cuando salí de la prepa (mi decisión de estudiar filosofía se cimentó en la prepa, gracias a mi maestro de filosofía, el profr. francisco montes, si alguien lo conoce y sabe cómo contactarlo, plis, pásenme el dato!!!). a los 24, casi tres años después de haber salido de arquitectura, me inscribí en una maestría en filosofía (estética y arte, fac. de filosofía de la buap, puebla), me fui a hacer los cursos y presentar mi proyecto de tesis, el cual fue aceptado y me dieron mi número de ficha y la carta de aceptación. eso fue en diciembre del 2002. en febrero del 2003 iniciaban las clases así que yo regresé a mexicali para alistar todo e irme por dos años a vivir a puebla. y toma changa tu banana, ese año del 2002 había estado trabajando para una exposición individual con una beca del foeca, mi primera exposición de plástica, individual, y la fecha de inauguración de la exposición (que fue en el vestíbulo del teatro del estado y llamada “la ciudad del polvo. arquitectura poética o la poética de la arquitectura”, que por allí iba el tema de mi tesis propuesta), era exactamente el día que iniciaban las clases en la maestría, el 12 de febrero del 2003. así que me quedé aquí. era mi primera expo, por lo que había estado trabajando mucho tiempo, no la iba a dejar ir!!! y ya no regresé porque ese proyecto lo moví a tecate y también me engrané en las instalaciones y me puse a trabajar mucho en arte instalación y estuve participando en expos colectivas, y eso me dio mucha satisfacción y experiencia. y bueno, finalmente, varios años después me enteré de que se había abierto la carrera de filosofía aquí en mexicali y pues me dije, ahora es cuando, chile verde!!! ya vino hacia mí, es el destino. y allí voy. esta vez fue una decisión total y absolutamente propia y llena de convencimiento.

en aquellos tiempos yo era muy ñoña, más ñoña que ahora, pero mucho más!!! no tomaba alcohol en absoluto, probaba la cerveza y me emborrachaba nomás de olerla, no salía de party, no me desvelaba más que haciendo tareas, en fin… era una matada. siempre, en toda mi vida estudiantil, fui destacada por mis calificaciones y esas cosas, siempre fui la estudiante representativa y que iba a concursos estatales y ganaba todos los primeros lugares. pues no dejé de serlo por entrar a la universidad. lo que sí me pasó es que me volví un poquito más conciente de mis aptitudes y comencé a ser un poco más libre. si no salía era porque no me gustaba salir, no porque no me dejaran, y así. tenía de las mejores calificaciones y me desvelaba siempre, siempre, siempre. nunca aprendí a planear mis tiempos, siempre, por más que avanzara con ventaja, terminaba desvelándome varias noches antes y nunca jamás terminé un proyecto completo para la entrega, al menos me faltaban los pies de plano o las vistas de las ventanas en la maqueta, porque además de todo, era hiperperfeccionista y quería todo tan bello y real que jamás me alcanzaba el tiempo. salí de la carrera y comencé a trabajar (debo decir que nunca he trabajando diseñando ni dibujando, nunca me ha gustado, después de todo) y todo en mi mundo se relajó bastante. esta segunda vez que entré a la universidad, he seguido teniendo las mejores calificaciones pero no me he desvelado una sola vez haciendo tareas. esta vez, en cambio, hice lo que no hice de adolescente: me desvelé en la parranda con los compañeros de clase, mi casa se convirtió en la casa base y los viernes saliendo de la escuela a las 10 de la noche nos íbamos a deliberar los temas vistos en las clases a mi casa, acompañados de cerveza y bebidas exóticas, galletas, hotdogs, papas o espárragos asados, hasta quedarnos dormidos media hora antes de regresar a clases el sábado a las 7 de la mañana. nos íbamos a la escuela exactamente igual al día anterior, pero borrachos, dormidos y cochis. no me volví a matar estudiando, fui en cambio mucho más conciente de mis aptitudes y acepté que discutiendo los temas en clase no era necesario ni siquiera que escribiera ni que repasara, pues mi cerebro tiene la función de comprender y grabar, en paráfrasis diversas, los conceptos discutidos. dejé de preocuparme por hacer las tareas e histeriquearme muchos días antes, sabiendo perfectamente que unas horas antes podría sentarme frente a la computadora y redactar un ensayo pulcrísimo y creativo acerca del tema asignado, y sacar un 10 y, lo mejor del caso, habiéndolo comprendido absolutamente, sin nada de trampas ni sacado de la manga.

la diferencia básica de hace 11 años con ahora es, estrictamente, que aprendí a conocerme y aceptar tanto mis desventajas como mis virtudes, y a aprovecharlas. me he tenido mucha más confianza esta vez, sé lo que puedo hacer y reconozco aquellos aspectos para los que soy buena, dejándolos al final para no estropear mi camino. antes no sabía de lo que era capaz y me mataba siempre pensando en que todo me saldría mal. ahora no me mato, me alegro, y sé que me saldrá bien. finalmente sé que soy buena para muchas cosas.

creo que me he extendido más de lo planeado. tratando de resumir:
1ª vez – 17 años
2ª vez – 28 años
1ª vez – ñoñísima
2ª vez – menos ñoña (al menos conciente de serlo)
1ª vez – matada
2ª vez – relax
1ª vez – abstemia
2ª vez – parrandera (no borracha, pero al menos ya supe lo que son las pedaceras)
1ª vez – insegura
2ª vez – demasiada autoconfianza
1ª vez – desvelada por tareas
2ª vez – desvelada por vagancias y parrandas
1ª vez – preocupada por las calificaciones y el futuro en la escuela (con cierta responsabilidad hacia los padres)
2ª vez – despreocupada por calificaciones, tareas y demás (sin más responsabilidad que pensar en momentos de histeria: ¿lo hago por placer o por obligación? y responderme: por placer y entonces irme a dormir o a vagar)
1ª vez – indefinida
2ª vez – definida

ya ni sé cómo terminar esto. mejor aquí lo dejo y lo acabo irrespetuosamente con un tremendo

blegh!!!

4 comentarios:

gabrielaq dijo...

Claro que lo iba a leer!!!! te he acompañado en algunos momentos descritos aqui. Que bueno que no te conoci en aquitectura, si en primero me parecias una matadita!!!
NO hay que abusar de la inteligencia y la autoconfianza porque a final de cuentas es soberbia.

Unknown dijo...

Siempe hay la oportunidad de una segunda oportunidad :)

twisted faerie dijo...

aaash, como eres necia. que no son chafas, pues! pero tu nomas no entiendes :P

(y qué mejor manera de terminar las cosas que con un irrespetuoso blegh?)

Tapiocadas dijo...

yo termine mi carrera y creo que me equivoque :s pero me da un friego de hueva estudiar lo que quiero