viernes, julio 20, 2007

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y las temporadas de sequía llegan, se instalan, duran unos días o semanas o hasta meses, se levantan lentamente, agarran sus tiliches y se largan a escondidas y de puntitas para que uno ni se dé cuenta. entonces llegan pedacitos de creatividad y se van apoderando como hormigas del espacio antes ocupado por la sequía. también llegan de puntitas, por cierto, y muy despacio se acomodan. a veces se juntan y toman forma de una frase, de una foto, de algún dibujo, y hasta de un cuento entero o un poema viscoso. a veces se quedan instalados por meses también, a veces sólo duran unos cuantos minutos. se pierden de repente entre los escombros diarios o se esconden debajo de las botargas ruinosas y calientes de las tardes de este verano. pero es cosa de sacudir el polvo y allí están los pedazos. es cosa de juntar los más que se puedan y crear cositas. es cosa de estar pendientes y no dejarlos que hagan todo solos.

hay días en que todo lo mandamos a la chingada y seguro que la chingada ha de estar harta de nosotros y de todas las madres que le mandamos. hay que quedarnos con algo de vez en cuando y convertirnos en esa chingada que todo lo puede y todo lo cura. como sea, es materia prima para la elaboración de sofás y de uno que otro colchón de descanso. podemos ser alguna vez como un muro en el que se grafitea puto el que lo lea o a la verga con el mundo. podemos ser un muro de concreto viejo y desgastado que cae a pedazos bajo el marro del deconstructor, o podemos ser el decostructor o incluso el marro mismo, y desmadrarnos completos, darnos en la madre con huevos para vencernos, quebrarnos, caer despostillados y, fatalmente rugir entre ruinas nuevas y ser ironía pura deconstruida.

una ruina es nueva cuando algo es tan viejo que se convierte en ruina. ¿cómo sabemos que algo es tan viejo como para ser ruina y cómo distinguir ese momento en el que eso tan viejo se convierte en algo nuevo, en una ruina, concepto totalmente nuevo para el objeto?

creo que ya me salí del tema, aunque creo que ni tema había aquí. es sólo que esos pedacitos de creatividad se han juntado y han decidido escribir frases estúpidas de cosas inconexas. no, no siempre esos pedazos son lúcidos ni congruentes. no por crear se crean maravillas.

el otro día me di en la madre con la tapa del resumidero de la regadera y me abrí el dedo pulgar de la mano derecha, por el dorso, y me lo abrí bastante que pensé que sería necesario coser, pero resultó que no. ahora ha estado cerrando lentamente y parece que traigo un gusano insertado y lo que más me gusta es que quedará una hermosa cicatriz. es lo que me emociona de la situación, estoy a la expectativa de lo que quedará. lo mejor de las heridas son las cicatrices. lo mejor de las cicatrices es admirarlas, tocarlas con suavidad y confirmar que, aunque se sientan ásperas, duras y hasta se vean gachas, ya no duelen más. bueno, algunas siguen doliendo mucho tiempo, otras toda la vida, pero la herida no está más abierta. yo corono mi fascinación por las cicatrices con mi gran cicatriz de 15 cm de longitud que me cruza el vientre. es bellísima. es como una sonrisa de mona lisa, apenas curveada, una delgada línea rosada, a veces roja, a veces transparente. y todavía no la siento. aún no se siente nada cuando la toco, pero por dentro todavía duele. y más arriba sigue doliendo también, por allá donde a nadie le importa, por donde se piensa y por donde se siente. allí en su lugar ella sigue insensible, pero no las yemas de mis dedos, que sienten su superficie suave pero dura, el bordo grueso y completamente liso. es como la gran costura de mi fecundidad no proclamada aún. quisiera ser lampiña para que sea más hermosa pero no quiero meter láser todavía.

por cierto que el rojo láser de mis uñas cortas me ha alegrado la semana. lo he disfrutado mientras no se ha convertido en un color más, insípido y aburrido, monótono y opaco. al menos hoy combina con las estrellas de mi blusa optimista. no es que hoy ande optimista sino que no he andado pesimista desde el fin de semana pasado. creo que eso tiene qué ver con que la sequía se haya largado a la virch de aquí. tampoco es que mis manos se vean femeninas, y menos con el gusano insertado en el dorso del pulgar, pero se ven alegres y me gustan las manos alegres. me meó un grillo en el brazo derecho también, debajo del hombro, y me salió un madral de granitos como todos sabemos que es lo que pasa cuando a uno lo mea un grillo. yo sé que no es que un grillo venga, se siente en el brazo (pierna, pie, mano, panza, equis) y se ponga a orinar así tan campante, es sólo que así se dice. aunque también cuando se te sube un grillo te puede dar alergia y te puede salir ese salpullido molesto y que deja costritas miniaturas que duran más de una semana. tengo bichos en los brazos. tengo bichos en la cabeza. tengo una gran garrapata en el hombro, otra en el brazo, otra en la espalda y una más en la cabeza, y me gustan. es bueno tener insertados o de perdida pegados algunos animales al cuerpo, no nos dejan olvidarnos de nuestra condición de animales en todos los sentidos: sabemos que somos animales para comer, para dormir, para amar. somos animales pensantes y sensuales. somos sensualistas. lo que sentimos es lo que somos. li mu bai perdió toda la vida luchando con el destino verde cuando lo único que deseaba en el fondo de su corazón era estar junto a yu shun lien, y decide, un segundo antes de morir, confesarle su amor y ser un espíritu condenado por siempre pero nunca solitario por haberse unido a ella. qué estupidez. ahora la dejará toda frustrada porque habrá confirmado su amor y la pérdida de tantos años en conjeturas sin fundamentos. ¿qué les costaba un beso a tiempo, sentir sus manos antes, tocar sus cuerpos vivos y aún fuertes? que tire la primera piedra el que prefiera arriesgarse a perderse en espiritualidades solitarias. seguro me llenaré de piedras, supongo que habrá muchos. pero yo prefiero sentir aunque sea un instante de diluvio a una eternidad condenada a un sol naciente sin más alegrías que el trinar de las aves.

me duele la espalda y no es que traiga un gran peso encima. es que es tarde y de tanto escribir pendejadas también se cansa uno. quiero ver si mis nuevas macetas funcionaron y si los amorcitos que planté dan flores simples o dobles, rojas o violetas. ya tengo anaranjadas dobles y magentas simples. es hora de poner orden en esa casa que no se si será mi destino a largo plazo, pero al menos a corto sí. hay que invertir en ella no sólo lanita sino sueños, ¿porqué no? me arriesgaré, total, si después del tiempo el nuevo tiempo me dice que me vaya, me voy. todo sea como cambiarse de casa. pero soy tan arraigada. me cuesta, me cuesta. aunque con alguien a cuestas no creo que nada cueste más que dejarlo varado.

prosigo, pues, esperando que las flores sean rojas y dobles.

1 comentario:

twisted faerie dijo...

cuando empecé a leer se me ocurrió una pendejada para dejar aquí de comentario, pero para caundo terminé ya se me había olvidado. y qué bueno, este post no se merece comentarios pendejos (o sea, pues, que me gustó)