reencuentro

ayer desapareció la sue y tuve que andar en camión para ir al trabajo y regresar a mi casa. hacía tiempo que no andaba en la burra porque uno se envicia con el carro y como tengo la costumbre de ser impuntual, pues apenas así alcanzo a salvarme de los horarios. hace tiempo escribí un cuento que salió publicado en una antología sobre cuentos y poesías de mexicali, y habla de un viaje en un palaco. lo más importante que menciono allí es que andar en camión nos hace conocer la ciudad, aprehenderla y amarla, nos hace descubrir nuestra condición humana-urbana. el caso es que ayer, después de tanto tiempo lejos de él, al fin tomé un camión en la mañana y fue un viaje tranquilo y corto. me agradó. el problema fue el viaje de la tarde. tomé el camión casi a las 7, con el sol muy bajo y un clima bastante agradable para ser 5 de julio. error fatal: esa hora del día combinada con ese clima normalmente me pone nostálgica, y, combinado eso a su vez con el viaje en burra, pues peor. no, pior!!! (que es peor que peor).

resulta que, efectivamente, traigo las pilas un poco bajas, y tanto tiempo desocupada (casi una hora de viaje) viendo por la ventana, pues a fuerzas me puse a pensar... en nada, es verdad, pero la cabeza trabaja y el subcosnciente trabaja aún más. total que para cuando llegué a la casa casi soltaba el llanto, ¿porqué? ay, no sé. nomás. el resto de la tarde-noche andube cabisbaja y meditabunda, pensando en muchas cosas y en nada en especial. me sentía triste. me siento triste. al rato llegaron la luch y la profe y fue bueno tener visitas por un rato, pero estaba platicando con ellas cuando caí en cuenta de algo: estoy a punto de entrar en una crisis depresiva. eso no puede ser bueno. quiero echarle la culpa al medicamento que estoy tomando pues, por más natural que sea, trabaja directo sobre las hormonas, y si de por sí las mías no son así como que super buena onda, pues con algo encima suyo, presionándolas y arreglándolas, pues creo que menos. así que es oficial: estoy a punto de entrar en depre. demonios... claro, jamás será como las pasadas, porque luego resulta que tenía la costumbre de deprimirme gacho no por un ratito sino por días, semanas, meses o hasta años. o sea, era enfermedad, ajá. y eso no sucede más desde hace mucho. es más, no existen ya esas razones que en esos tiempos me hacían caer. ahora no pienso igual, ahora creo en mí, me siento feliz, autosuficiente, me amo y sé que tengo el control sobre mí misma. ahora no me deprimo por falta de autoamor y esas cosas. ahora es algo físico, algo que en cierta forma no puedo controlar. de hecho, pienso y sé que tengo todas las razones para estar contenta, que no hay razones para estar down, y sin embargo así me siento. sí, tengo amor, sí, tengo trabajo, sí, mi salud se está recuperando, sí, soy una mujer completa (ok, no hablamos del físico ahora, jeje), sí, me aman, tengo cerca a mi familia, me amo. y... ¿entonces? entonces qué demonios sucede??? quéééé?????

aassshhh, ahora... ahora... cielos... mmm... ora sí que no es mi culpa, jejeje. psico, no hay nada qué decirte, lo siento, las terapias no funcionan, estoy taaaan bien conmigo misma y, sin embargo, las lágrimas quieren salir de mis ojitos. ay, se me correrá el rimel y me arderán los ojos. demonios... bien, le llamaré a mi doctora para quejarme, jeje. espero que el cambio de aires me aliviane un poco. necesito vacaciones.