miércoles, septiembre 12, 2007

de cómo comprendí el significado de la metáfora



leo poesía desde que comencé a leer, a los cinco años. mis papás tenían un sinfín de libros (la mayoría del fondo de cultura económica, ediciones para el docente) y de allí tomaba el material con que practicaba mi nuevo aprendizaje: la lectura. lo que más me llamó la atención en mi infancia fue un librito que tenía escrita magia. se llamaba el tesoro del declamador, y yo no sabía lo que eso significaba, pero lo que leía me gustaba. eran líneas cortas, divertidas, hablaban de hojas verdes, de amores maternos, de tardes frescas y niñas sonrosadas. me gustaba leer magia, porque para mí eso era, porque nada de lo que leía allí lo encontraba afuera, en el mundo real, de igual forma. siempre era diferente, y en esa diferencia consistía la magia. pero no sabía lo que era.

a los siete años le escribí una carta a santa en donde puse unas líneas que mis papás presumieron a mis padrinos y a todo el mundo mientras yo me ponía roja de vergüenza. todos exclamaban “oh, qué bonito poema, la lupita es una poeta”. y yo seguía sin saber qué era eso. sólo sabía que en esas líneas había escrito lo que para mí significaba la navidad, el mentado santa y esas cosas, utilizando la magia que ya había conocido antes, es decir, diciendo de otra forma. diciendo sin decir.

seguí leyendo cuanto libro encontraba en el archivero de mis papás, mientras fuera de magia, mejor. para los diez años ya sabía lo que era un poema, ya había identificado la rima, el verso, la métrica y me sabía de memoria varios poemas clásicos del romanticismo. en ese tiempo mi papá sufrió un accidente muy fuerte, estuvo grave mucho tiempo internado en los ángeles, duramos más de un mes sin verlo y mi mamá, que estaba con él y venía a vernos los fines de semana, le llevaba cosas que le hacíamos mi hermana y yo: fotos, tarjetas, recuerdos, dibujitos. y le escribí un poema de cuatro estrofas, de cuatro versos octosílabos cada uno, con rima perfecta. pero eso no era lo importante. lo importante era que con la magia de las palabras le había dicho cuánto lo extrañábamos, cuánto lo queríamos y cuánto deseábamos que estuviera bien para volver con nosotras. pero no sabía cómo se llamaba eso. sólo le decía poema.

estando en la secundaria, la materia de español de segundo grado era más de literatura que de otra cosa. la maestra nos pidió un libro maravilloso de español que utilizaba a los clásicos de la literatura universal para aplicar los ejercicios básicos de gramática, comprensión, redacción, y el sinfín de cosas correspondientes al español de segundo grado de secundaria. por cierto que aún guardo ese libro. en alguna clase nos tocó conocer el significado de la metáfora. yo no comprendía del todo la explicación técnica, y la maestra nos dejó de tarea leer un poema y describir con nuestras palabras de qué se trataba. entonces llegué a mi casa y puse manos a la obra. tomé uno de los tesoros del declamador (que para ese entonces había más de una versión en casa) y elegí uno que me pareció interesante: había sido escrito por una mujer y hablaba de oscuridad, de amor y de joyas. lo leí y no entendí nada. lo leí nuevamente. nada. creía ver entre líneas algo de amor entre la mujer ésta y alguien más, pero nada suficiente. entonces fui con mi padre y le dije: papá, tengo que entender este poema pero no puedo, ¿me ayudas?, ¿qué quiere decir cada línea? mi padre lo leyó en voz alta al principio y terminó en silencio. se puso rojo. y yo, mmm… sí, papá, ¿qué quiere decir, por ejemplo, esto: blablabla (no recuerdo el poema, pero decía algo así como que te espero con el vestido de la noche, sin más joyas que yo misma, algo así). mi papá trató de explicarme: bueno, quiere decir que ella espera a su… a su… a su amante… a su amante con el vestido de la noche… oh, a su amante. ¿como a su esposo? sí… oh, y el vestido de la noche y las joyas, ¿significa que está con un vestido y arreglada? no, significa, pues… mmm… significa que espera a su amante pues desnuda y sin una joya encima… o sea, mmm… ella sola y… desnuda… oh, ¿y esto? (leyendo algo así como que en el lecho te espero para no-se-qué), y mi papá, eh… pues… que, pues, espera a su amante desnuda en su lecho… ¿qué es lecho? lecho es la cama, lecho de amor es, pues, la cama en donde… mmm… pues, estará con su amante. quiere decir que lo espera en el lecho para… pues… eh… para ser suya, para estar en el lecho de amor con él, para… hacer… el… amor… oh!!! y estaba a punto de preguntar ¿qué es hacer el amor? pero me detuve porque ví a mi papá demasiado descompuesto, con una cara de incomodidad imposible mientras me decía, ¿porqué no escoges otro poema? pero yo insistí en comprender ese, al fin y al cabo estaba por descubrir que la poesía era mi vocación y la vergüenza y el pudor (y la ingenuidad de una niña ñoña de 12 años) no iban a ser el testaferro de mi crecimiento.

ya no le seguí preguntando más, dejé de apenarlo con el poema y con mis preguntas, me llevé el libro y lo seguí comprendiendo a como me diera a entender mi blanco cerebro. finalmente creo que usé otro para la tarea, pero nada como ese poema y la vergüenza de mi padre para hacerme comprender lo que es la metáfora. la plena y hermosa metáfora.

1 comentario:

Simona Sixx dijo...

Jajaja ¿Qué es hacer el amor? Yo una vez pregunté lo mismo pero en vez de explicarme amorosamente, mi madre me dijo: "Andale, ya vete por las tortillas" jaja.

Que curioso, ahora que lo pienso "tortillas" sería una palabra profética? jojo.

Lindo post, Joe. Así que eres poeta!