con tanta hambre de ti
tú tan exquisita
yo tan hambrienta
he de ayunar tu piel a diario
he de privarme de tus delicias
tú tan exquisita
yo tan hambrienta
he de ayunar tu piel a diario
he de privarme de tus delicias
y tus sabores
y sales
y dulces
y gramos de leche
y miel
y azúcar
era feliz sin hambre
-anoréxica ignorante-
sin conocimiento de tus carnes
ni tus jarras de jugosa pulpa
era feliz sin olerte
sin saberte
sin probar una gota
ni una yema en la lengua
ni un cuello en los labios
pero ¡oh
desdichada cena de horas!
de pieles y besos
de jugos y manos
de piernas y pechos
de espaldas
de muslos
-repostería fina-
-selecta carne-
te probé
-sabor excelso-
olimpo embalsamado de saliva
vino dulce de entre tus piernas escurría
salvia y jazmín
romero y miel
anís adictivo tus manos cubría
tu boca
tu boca
sabor igual no existe en el campo
ni en las conservas
ni en los hoyos negros del universo
ni en el partenón
ni en el mesón de los dioses
bebí y comí
devoré y degusté
tu exquisita piel de trufa
y me ví en el olimpo
al cerrar los ojos
sentada en el trono de atenea
con venus en mis rodillas
amándonos
amándose las diosas de los tiempos
de los hombres
de los cielos
y zeus nos miraba
y prodigaba queso y vino
y venus y atenea
y minerva y afrodita
se devoraban dulces
lentas
a susurros y a mordidas
con dientes
con lenguas
con garras
abstrayéndose del tiempo
saliendo del espacio
construyendo partenones de piel
y sabor de labios
y abrí los ojos
y lo habías hecho
perdí la dieta
busqué el banquete
pedí el desayuno
y ya es noche
de nuevo
la luna llega
sin nada en las manos
y yo desfallezco
-famélica figura-
pálida piel sin tu aire
esquelético cuerpo sin tu vida
hambrienta loba
perdida en el desierto
de tus distancias
ayuno tu piel
ayuno a diario
yo tan hambrienta
tan exquisita tú
tan fresca
tan dulce
tan miel y trigo
zeus se quedó dormido
y olvido el queso y el vino
venus se perdió en el camino de regreso
al otro lado del olimpo
y atenea se levantó del trono
-desesperada-
golpeando la mesa con su casco
con su pie de cisne
y cayó del cielo
cayó del olimpo
hacia el mar abierto
náufraga del saber
del sabor
del amor
hambrienta y frágil
vive ahogándose
ayunando
esperando a venus
que habrá de volver algún día
llena de sabores nuevos
y frescos aromas
a cubrir su eterna vida
de piel compartida
de miel compartida
y sales
y dulces
y gramos de leche
y miel
y azúcar
era feliz sin hambre
-anoréxica ignorante-
sin conocimiento de tus carnes
ni tus jarras de jugosa pulpa
era feliz sin olerte
sin saberte
sin probar una gota
ni una yema en la lengua
ni un cuello en los labios
pero ¡oh
desdichada cena de horas!
de pieles y besos
de jugos y manos
de piernas y pechos
de espaldas
de muslos
-repostería fina-
-selecta carne-
te probé
-sabor excelso-
olimpo embalsamado de saliva
vino dulce de entre tus piernas escurría
salvia y jazmín
romero y miel
anís adictivo tus manos cubría
tu boca
tu boca
sabor igual no existe en el campo
ni en las conservas
ni en los hoyos negros del universo
ni en el partenón
ni en el mesón de los dioses
bebí y comí
devoré y degusté
tu exquisita piel de trufa
y me ví en el olimpo
al cerrar los ojos
sentada en el trono de atenea
con venus en mis rodillas
amándonos
amándose las diosas de los tiempos
de los hombres
de los cielos
y zeus nos miraba
y prodigaba queso y vino
y venus y atenea
y minerva y afrodita
se devoraban dulces
lentas
a susurros y a mordidas
con dientes
con lenguas
con garras
abstrayéndose del tiempo
saliendo del espacio
construyendo partenones de piel
y sabor de labios
y abrí los ojos
y lo habías hecho
perdí la dieta
busqué el banquete
pedí el desayuno
y ya es noche
de nuevo
la luna llega
sin nada en las manos
y yo desfallezco
-famélica figura-
pálida piel sin tu aire
esquelético cuerpo sin tu vida
hambrienta loba
perdida en el desierto
de tus distancias
ayuno tu piel
ayuno a diario
yo tan hambrienta
tan exquisita tú
tan fresca
tan dulce
tan miel y trigo
zeus se quedó dormido
y olvido el queso y el vino
venus se perdió en el camino de regreso
al otro lado del olimpo
y atenea se levantó del trono
-desesperada-
golpeando la mesa con su casco
con su pie de cisne
y cayó del cielo
cayó del olimpo
hacia el mar abierto
náufraga del saber
del sabor
del amor
hambrienta y frágil
vive ahogándose
ayunando
esperando a venus
que habrá de volver algún día
llena de sabores nuevos
y frescos aromas
a cubrir su eterna vida
de piel compartida
de miel compartida
2 comentarios:
Este es perturbadoramente bueno
estoy totalmente de acuerdo. y el otro también lo es...ah, estoy perturbada...
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