en vista de que este blog está prácticamente abandonado he decidido hacer algo al respecto. no es sólo mi culpa, en realidad los lectores me han abandonado y sólo me siguen leyendo los mismos 3 fieles, jejeje. pero bueno, no me quejo por dos cosas, en primera porque no he dado algo de calidad, y en segunda porque esos 3 fieles lectores (número hipotético, talvez son más o talvez son menos) me alegran los días.
mis abandonos han sido por varias razones, vámonos por partes:
* he estado teniendo mucho trabajo en el lugar en donde trabajo la mayor parte del día y desde donde posteo.
* las dos semanas pasadas, además de tanto trabajo en este lugar (ese en donde abro pozos de aguas negras y encuentro solitarias), también tuve mucho trabajo en la escuela con mis alumnos, pues estuvimos armando el altar que le hicimos a blue demon y fue desvelada tras desvelada, tanto que el fin de semana pasado, aunque me la pasé de party, estaba tan cansada que me quedaba dormida donde fuera.
* en los pocos ratos libres me la he pasado de vaga con las compillas comiendo, viendo muvis, cine, circo, maroma y teatro… bueno, eso no pero sí panteón y cosas similares.
entonces tiempo para el blog no ha existido, no para postear algo decente. y no es que ahora haya algo decente, obvio no, como se pueden dar cuenta. pero trataré de ponerme al corriente.
acerca del altar, aún estoy esperando que alguno de mis alumnos me mande las fotos para postearlas y contar la reseñita. ayer fui al circo con la chaparra. por cierto que la chaparra se ha cortado la greña toda pequeñita y mini y se ve muy bien, la verdad. las greñas monstruosas largas y chinas estaban bien pero celebro su retorno al origen: cabeza pelona, sí que sí!!! ya me lo quiero rapar yo también pero no, por primera vez en la vida estaremos diferentes para que dejen de confundirnos en la calle o preguntarnos si somos hermanas.
y bueno, volviendo al circo, ayer fuimos porque ella me había invitado y claro que terminé no sólo pagando mi entrada sino comprándole chucherías… eso se saca uno. en fin. debo confesar algo importante (y por lo que se burló de mí): el circo me da miedo. es verdad!!! tenía miles de años sin ir a una función de circo, la última vez anterior a esta ya ni la recuerdo pero estaba pequeña seguramente. me pareció aquella vez, eso sí lo recuerdo, muy triste, patético, los payasos que tratan de hacer reír a la gente que cada día amanece más apática. los animales comportándose como humanos autómatas. no sé, no es que tenga nada de malo, es decir, están los malabaristas, los magos, las bailarinas, sí sí, debe ser divertido, pero no sé, la vida errante (talvez eso tenga que ver con mi estilo de vida tan arraigado que no me muevo ni a mentadas), las casas móviles que se ven tan tristes… y a mis antiguas experiencias circenses le sumamos que la literatura de garcía márquez tiene al circo entre uno de sus temas comunes y siempre son extraños, cuando josé arcadio se va con el circo de gitanos y abandona a su familia, esa gitanita de la que se enamora, el ambiente lúgubre, triste, un tanto patético. todo eso concluyó en que yo le temiera a los circos y entonces, con tanta visita de circos a esta ciudad jamás consideré la opción de ir. hasta ahora en que esta mujer hizo la atentísima invitación y dije, va, es hora de enfrentar algún miedo. así que fuimos.
la ansiedad comenzó desde que la esperé en mi oficina. salí a las 7 y todo mundo se fue y me tuve que salir a esperarla en la banqueta porque, aunque jamás me había dado miedo esta casa vieja en donde se aparece una niña y siempre se oyen ruidos extraños, esta vez como que sí me dio, pero era más la ansiedad de que iba a ir al circo. pues bueno, llegamos y me bajé a comprar los boletos más baras mientras ella se estacionaba. hicimos fila y al fin entramos. crucé el umbral y sentí escalofríos. unos nervios muy raros se apoderaron de mí, no sentía mis nervios normales de que me duele la panza y me tiemblan las manos, era más bien una como desesperación y no del todo molesta. el lugar es pequeño y la diferencia física entre las entradas de 20, 50 y 80 pesos es mínima así que ni al caso pagar miles de pesos para estar dos metros enfrente de los que pagamos sólo 20. bueno, una carpa pequeña, asientos de tablas traslapadas y atoradas por una estructura de fierro medio raspa, varitas de luces de colores por todas partes. chicos malabaristas galanes por aquí y por allá. de pronto apagan las luces generales y encienden los reflectores que comienzan a moverse para todos lados. yo siento que mi respiración se altera, mi corazón se acelera y el aire no me alcanza. no dije nada, claro, traté de calmarme solita pero era muy extraño, me sentí muy mareada con las luces para todos lados y el olor a tierra y madera. el pecho agitado y el aire que no me llenaba los pulmones. trataba de respirar profundo y me dio un calambre en las costillas como esos dolores que dicen que se hacen porque “te entró aire donde no debe” y entonces con sólo moverte un poco duele mucho. no podía, entonces, aspirar profundamente. mis respiritos eran cortos, mis latidos eran rápidos y mis ojos eran lentos. estaba bien agarrada del tablón que servía de asiento y no volteaba a ver a la susana para que no me descubriera. entonces se vieron unas lucecitas fosforescentes moverse en el escenario y se encendieron finalmente las luces. un grupo de bailarines y bailarinas comenzó el show. malabaristas, payaso, más malabaristas, más payaso, el recuerdo que tengo del show cómico fue por parte del público. y bueno, en realidad después de los primeros malabaristas comencé a tranquilizarme y a divertirme. para cuando salió el payaso e hizo jotear a los señores del público yo ya podía reírme a carcajadas. me puse a bobear a los niños entre el público y me divertí con tanta ternurita porque había unos beibis que se quedaban pasmados con el chupón o la mamadera en la boca, detenida, sin reaccionar, viendo a las malabaristas treparse a la bicicleta y al morrito aventar sombreros que siempre regresan. nos quedamos hasta el número en de los motociclistas suicidas y yo creo que fue sólo para ver a la pilota. bueno, no porque no lo sabíamos sino que entraron dos motociclistas al globo o jaula o como se llame esa madre. hicieron piruetas y bien. entra entonces una tercera moto y en cuanto la vimos supimos que esa era una chica. luego entró una cuarta moto y creo que ya. estuvo muy padre ese show, en serio que sí. yo estaba tan asombrada como los morritos. y pues después de eso volvieron a salir las dizque princesas de disney a tomarse fotos con los beibis (otras vez ternuritas) y decidimos irnos porque esas princesas ya nos habían dado sueño. no nos quedamos al mago ni a ver nevar adentro de la carpa. hasta el señor de la entrada nos trató de convencer de quedarnos pero no lo logró. salimos de allí divertidas y satisfechas. el show cómico mágico musical nomás se quedó sin lo mágico.
la verdad me agradó la experiencia. me divertí y logré calmar mis ansiedades del principio. me reí un buen rato y, sobre todo, enfrenté ese miedo y descubrí que no es tan malo. aunque difícilmente volvería a ir. gracias a la chaparra, fue buena idea. a la próxima vamos al cine… jajaja.
mis abandonos han sido por varias razones, vámonos por partes:
* he estado teniendo mucho trabajo en el lugar en donde trabajo la mayor parte del día y desde donde posteo.
* las dos semanas pasadas, además de tanto trabajo en este lugar (ese en donde abro pozos de aguas negras y encuentro solitarias), también tuve mucho trabajo en la escuela con mis alumnos, pues estuvimos armando el altar que le hicimos a blue demon y fue desvelada tras desvelada, tanto que el fin de semana pasado, aunque me la pasé de party, estaba tan cansada que me quedaba dormida donde fuera.
* en los pocos ratos libres me la he pasado de vaga con las compillas comiendo, viendo muvis, cine, circo, maroma y teatro… bueno, eso no pero sí panteón y cosas similares.
entonces tiempo para el blog no ha existido, no para postear algo decente. y no es que ahora haya algo decente, obvio no, como se pueden dar cuenta. pero trataré de ponerme al corriente.
acerca del altar, aún estoy esperando que alguno de mis alumnos me mande las fotos para postearlas y contar la reseñita. ayer fui al circo con la chaparra. por cierto que la chaparra se ha cortado la greña toda pequeñita y mini y se ve muy bien, la verdad. las greñas monstruosas largas y chinas estaban bien pero celebro su retorno al origen: cabeza pelona, sí que sí!!! ya me lo quiero rapar yo también pero no, por primera vez en la vida estaremos diferentes para que dejen de confundirnos en la calle o preguntarnos si somos hermanas.
y bueno, volviendo al circo, ayer fuimos porque ella me había invitado y claro que terminé no sólo pagando mi entrada sino comprándole chucherías… eso se saca uno. en fin. debo confesar algo importante (y por lo que se burló de mí): el circo me da miedo. es verdad!!! tenía miles de años sin ir a una función de circo, la última vez anterior a esta ya ni la recuerdo pero estaba pequeña seguramente. me pareció aquella vez, eso sí lo recuerdo, muy triste, patético, los payasos que tratan de hacer reír a la gente que cada día amanece más apática. los animales comportándose como humanos autómatas. no sé, no es que tenga nada de malo, es decir, están los malabaristas, los magos, las bailarinas, sí sí, debe ser divertido, pero no sé, la vida errante (talvez eso tenga que ver con mi estilo de vida tan arraigado que no me muevo ni a mentadas), las casas móviles que se ven tan tristes… y a mis antiguas experiencias circenses le sumamos que la literatura de garcía márquez tiene al circo entre uno de sus temas comunes y siempre son extraños, cuando josé arcadio se va con el circo de gitanos y abandona a su familia, esa gitanita de la que se enamora, el ambiente lúgubre, triste, un tanto patético. todo eso concluyó en que yo le temiera a los circos y entonces, con tanta visita de circos a esta ciudad jamás consideré la opción de ir. hasta ahora en que esta mujer hizo la atentísima invitación y dije, va, es hora de enfrentar algún miedo. así que fuimos.
la ansiedad comenzó desde que la esperé en mi oficina. salí a las 7 y todo mundo se fue y me tuve que salir a esperarla en la banqueta porque, aunque jamás me había dado miedo esta casa vieja en donde se aparece una niña y siempre se oyen ruidos extraños, esta vez como que sí me dio, pero era más la ansiedad de que iba a ir al circo. pues bueno, llegamos y me bajé a comprar los boletos más baras mientras ella se estacionaba. hicimos fila y al fin entramos. crucé el umbral y sentí escalofríos. unos nervios muy raros se apoderaron de mí, no sentía mis nervios normales de que me duele la panza y me tiemblan las manos, era más bien una como desesperación y no del todo molesta. el lugar es pequeño y la diferencia física entre las entradas de 20, 50 y 80 pesos es mínima así que ni al caso pagar miles de pesos para estar dos metros enfrente de los que pagamos sólo 20. bueno, una carpa pequeña, asientos de tablas traslapadas y atoradas por una estructura de fierro medio raspa, varitas de luces de colores por todas partes. chicos malabaristas galanes por aquí y por allá. de pronto apagan las luces generales y encienden los reflectores que comienzan a moverse para todos lados. yo siento que mi respiración se altera, mi corazón se acelera y el aire no me alcanza. no dije nada, claro, traté de calmarme solita pero era muy extraño, me sentí muy mareada con las luces para todos lados y el olor a tierra y madera. el pecho agitado y el aire que no me llenaba los pulmones. trataba de respirar profundo y me dio un calambre en las costillas como esos dolores que dicen que se hacen porque “te entró aire donde no debe” y entonces con sólo moverte un poco duele mucho. no podía, entonces, aspirar profundamente. mis respiritos eran cortos, mis latidos eran rápidos y mis ojos eran lentos. estaba bien agarrada del tablón que servía de asiento y no volteaba a ver a la susana para que no me descubriera. entonces se vieron unas lucecitas fosforescentes moverse en el escenario y se encendieron finalmente las luces. un grupo de bailarines y bailarinas comenzó el show. malabaristas, payaso, más malabaristas, más payaso, el recuerdo que tengo del show cómico fue por parte del público. y bueno, en realidad después de los primeros malabaristas comencé a tranquilizarme y a divertirme. para cuando salió el payaso e hizo jotear a los señores del público yo ya podía reírme a carcajadas. me puse a bobear a los niños entre el público y me divertí con tanta ternurita porque había unos beibis que se quedaban pasmados con el chupón o la mamadera en la boca, detenida, sin reaccionar, viendo a las malabaristas treparse a la bicicleta y al morrito aventar sombreros que siempre regresan. nos quedamos hasta el número en de los motociclistas suicidas y yo creo que fue sólo para ver a la pilota. bueno, no porque no lo sabíamos sino que entraron dos motociclistas al globo o jaula o como se llame esa madre. hicieron piruetas y bien. entra entonces una tercera moto y en cuanto la vimos supimos que esa era una chica. luego entró una cuarta moto y creo que ya. estuvo muy padre ese show, en serio que sí. yo estaba tan asombrada como los morritos. y pues después de eso volvieron a salir las dizque princesas de disney a tomarse fotos con los beibis (otras vez ternuritas) y decidimos irnos porque esas princesas ya nos habían dado sueño. no nos quedamos al mago ni a ver nevar adentro de la carpa. hasta el señor de la entrada nos trató de convencer de quedarnos pero no lo logró. salimos de allí divertidas y satisfechas. el show cómico mágico musical nomás se quedó sin lo mágico.
la verdad me agradó la experiencia. me divertí y logré calmar mis ansiedades del principio. me reí un buen rato y, sobre todo, enfrenté ese miedo y descubrí que no es tan malo. aunque difícilmente volvería a ir. gracias a la chaparra, fue buena idea. a la próxima vamos al cine… jajaja.
2 comentarios:
holaaa
es que si en efecto ando con muuucho trabajooo por eso no he podido leerteee con calmaa!!!
besos y abrazos!
compañera no se le ocurra cortarse el cabello.
la sigo leyendo, tarde, pero seguro.
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