anoche, al salir del dentista llegue a pagar el teléfono en telnor de la reforma. me estacioné, chilo, entre al modulito de los cajeros, chilo, salí y bajé los escalones, arribando a la ancha banqueta sur de la avenida reforma, una de las pocas amplias de la ciudad y de las más bonitas (o menos feas). por la misma venia caminando un vagabundo que ya conozco de vista. entonces yo bajé a la banqueta y quedé a unos 3 metros de él. y me dice muy molesto: no puedes atravesarte cuando voy caminando. y volteo sorprendida y le digo: perdón, perdón. no puedes voltear a verme cuando voy caminando. oh, que laaaaa!!! y le vuelvo a decir: perdón, pues, perdón!!! pero ahora sí, sin voltear. llegué a mi carro y me subí con toda la calma del mundo, esperando que pasara para verlo. no llego jamás, no sé qué paso, pero por nada del mundo volví a voltear. considere, según lo que me dijo, que sería un sacrilegio voltear a ver al rey de la banqueta. el rey libre del universo.
lado b de lo que a veces se dice, y a veces traspatio y hasta basurero. bah!
jueves, octubre 18, 2007
el rey de la banqueta
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
4 comentarios:
oorales!!!
jajajaaja
no se vale, yo también quiero un pedazo de cemento para ser rey e imponer mis propias reglas...y al que no haga caso, lo mando decapitar :p
Dejarlo ser es lo mejor.
Saludazos!
!Pobre! Explayando sus complejos!! Cositas!! da ternura :)
--
Rizo
Publicar un comentario