martes, agosto 07, 2007

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he hablado muchas veces de mi gusto por las cicatrices y he mencionado algunas de las mías. pues bien, además de gustarme las cicatrices tengo la extraña fascinación de hacer que el proceso de cicatrización dure más de lo debido. hace más de tres semanas de mi herida en el pulgar y cuando parece que se está terminando de cerrar se vuelve a abrir porque yo le hago algo, siempre la estoy tocando, moviendo, aplastando, jalando las costras, lastimando nomás para seguirla viendo abierta yo creo… no sé para qué, en realidad. no sé, no entiendo porqué en lugar de dejar que se cierre de una vez estoy abriéndola nuevamente cada vez que hay mejoría. no he sabido evitar volver a lastimarme y que se abra de nuevo, que sangre de nuevo. no dejo que sane, que cierre, que se haga costra y se caiga sola, con el tiempo, con el aire y los cuidados necesarios. no comprendo porqué sigo allí, mirándola, agrandando la molestia, alargando la agonía de la carne viva y mallugada. el problema es que no hago eso sólo con las heridas del cuerpo. creo que por eso me gustan las cicatrices, porque me lastimo mucho antes de conseguirlas. porque cuando las consigo es cuando al fin me dejo en paz.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Lo que yo daria por poder besar suavemente esas heridas

Orizschna dijo...

A mi me gusta el dolorcillo mamon que se siente al cicatrizar.
Llamame masoquista, por favor.
Saludos!

marisol dijo...

Yo tengo meses haciendo algo súper extraño: me arranco la piel de los dedos (freak) y en cuanto está la piel toda nuevecita me la vuelvo a arrancar (freeeeaaaak again)

gabrielaq dijo...

lo haces por masoquista!!!!
aprende a dejar cerrar las heridas, aprende a sanar

saludos y sorry por quedarme dormida jajajaja

joe dijo...

sí, compañera, de copiloto usted no sirve!!! lo bueno que milla me acompañó gran parte del camino.