viernes, noviembre 17, 2006

de ida y vuelta

(méxico, 2000, salvador aguirre, conaculta, imcine)

“en todas partes se cuecen habas”. este dicho podría definir gran parte de la película. nos quejamos porque nos hacen, nos dejamos hacer, hacemos y no escuchamos las quejas de aquellos a quienes hacemos lo que otros nos hacen a nosotros.

como ciudad fronteriza vemos a diario a gente que va y viene, que llega del sur, cruza, regresa o los regresan, insiste, termina en las calles, pidiendo limosna, gastándola en algo que le ayude a olvidar los dolores, haciéndonos renegar y convirtiéndonos en productores de un círculo vicioso eterno: ellos se viajan para olvidar, y olvidan para qué vinieron, y olvidan para qué se viajan. y se quedan en el viaje. al menos corren con esa suerte algunos y mueren siendo fieles a su ideal: cruzar o morir en el intento. peor para los que meten su cola entre las patas y regresan y no aprendieron nada. el salir al mundo debe ser lección para aprender.

filiberto no aprendió, se asumió como el gringo que no era y se sintió superior por haber traído billetes verdes, aunque fueran virtuales. el fili no aprendió nada de su vida de ilegal. regresó con las mismas ideas con las que se fue, sin evolucionarlas. regresó pensando que había dejado de ser indio. regresó con la idea comprada de que los indios son pendejos y de que tienes que lamerle las patas a los shilos de la muvi, a los gringos o a los chakas para ser alguien. regresó renegando de sus raíces, de su pueblo, sus creencias, su gente, su fe. y regresó a aprender a la mala, porque cuando algo debe aprenderse, la vida se encarga de hacerlo entrar, por las buenas o por las malas.

una parte de la película me dejó pensando, cuando decimos “tal wey está bien pendejo” estamos juzgando a partir de nuestra propia idea, y sin tener el derecho de decir quién o no tiene ideas valiosas o, mejor dicho, sin tener derecho de decidir cuándo algo es valioso y cuándo no lo es. decía el fili que su primo, el que le robó a la mujer, era un pendejo por no jalar con el pseudochaka, por no querer salir del hoyo, y hasta dicen allí “por eso méxico está bien jodido, ches indios pendejos”. entonces pienso, ¿de qué se trata esto?, ¿de hacer lo que sea a costa de la propia vida?, ¿a cambio de qué? si más peligro se corre de esa manera. pero a él le dijeron lo mismo por haberse ido con la gringa, y ahora él usa la frase.

“¿a dónde fuiste que valieras más?”, le preguntan al fili. no hay otro lugar en donde valgas más, pero puedes hacerte valer, sí. pero hay que saber en dónde van a apreciar tu justo valor. la gringa no es lugar para eso. pero si esto lo supieran los que vienen entusiasmados a buscar el jale verde lleno de billetes verdes. ¿a dónde vas que más valgas?

tarde aprendió filiberto la lección. tarde reconoció su realidad, la que no había visto antes con verdaderos ojos. darse cuenta de que las ideas de otros no son las únicas y verdaderas, aceptar que la raza no se traiciona porque es la que te da de comer, es difícil. nosotros, todos, aprendemos tarde también las lecciones. allí estamos renegando por el cerco, gritando en gringolandia que respeten nuestros derechos de migrantes, y nosotros les ponemos cercos a los paisanos. los orillamos a las orillas, literalmente hablando, sin dejarles nada de lo que era de ellos. nosotros mismos los insultamos por no saber ingles, nos burlamos por no saber de música actual y los negamos tres veces antes del amanecer. nosotros, tan versátiles, tan dinámicos. tan hipócritas. méxico y su doble moral. méxico limpio de pobreza mientras lanza al suelo de la pobreza extrema y la necesidad a quienes llegan con su pasado a la espalda y, si logran cruzar, regresan (cuando regresan) y se niegan a sí mismos. como todos nosotros.

otra vez, tarea de esem, aquí compartiéndola pa que sufran junto conmigo, jeje.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hay esencias que se pueden aplastar por momentos duros, pero no se borran, solo se readapatan a la realidad aprendida, a lo que nos enseñó la dura lección reciente que tuvimos que vivir, pero cuando vuelvo a sentirtme bien, seguro, adivina qué partes serán las que nuevamente saldrán a flote y se mostrarán?... las que siempre fueron mias. Nadie me las quita, ni siquiera los peores choques con la vida. Quizas queden opacadas, insisto, pero mi punto de vista es que se pueden recuperar, con un trabajo arduo.
Hay que tener la perseverancia a pesar de sentirnos por momentos casi perdidos... el arcoiris esta al final de cada tormenta, solo hay que saber pasarla...