estoy sentada frente al escritorio, con una de mis hijas trepándose a la laptop de su otra madre y la otra trepándose a la mochila de la laptop de su otra madre, la misma de la otra hija de la otra madre, no otra. ahora están las dos sobre el escritorio hurgando en él, buscando algo que no saben lo que es pero que saben que encontrarán porque lo buscan con tal certeza que hasta a mi me hacen creer que saben lo que buscan y saben que lo encuentran.
allá adentro, en la habitación, está esa otra madre de mis hijas estudiando, repitiendo acerca de músculos, tejidos laxos, densos, sistemas vasculares y demás. yo desistí de ayudarle porque mi método, que siempre me ha funcionado de maravilla, no le gusta y comencé a alterarla, así que decidí venir a hacer algo al parecer más útil.
novedades no hay muchas, salvo que me había estado reprimiendo de escribir acerca de mi obstinada fascinación por mantenerme en el mismo track aunque quisiera salir de él y terminé por aceptar que ni pedo, que sigo en el track. así que después de pensarla un rato mejor sí voy a contar que el viernes pasado me fui a una presentación de música de salón en el ceart con la orquesta de neto lizárraga, quienes tocaron estupendamente mambos, cha cha chás, porritos, danzones, jazz, algo de big bands y hasta un poco de swing. el lugar estaba repleto de señores y señoras mayores, muy naicecitos, señoras de vestido, señores de trajes de lino y sombrero, muy guapos todos bailando abrazados, como debe ser. y estaba yo disfrutando de la buena música y del espectáculo cuando me percato de que cerca de mi estaba sentado un señor mayor, como los demás, de bastón y solito, como yo. después de mucho rato más se acercaron a él dos muchachas y efusivamente lo saludaron abuelo!!! respondiendo él muy contento. abuelo, ya bailaste??? cómo está la música??? tocan bonito??? y el señor que no cabía de felicidad, sí, sí hijas!!! abuelo, no has bailado??? cómo???!!! vamos a bailar!!! y una de las muchachas lo tomó de la mano y se lo quiso llevar a la pista que se había improvisado debajo del escenario y el señor dijo no, no hija, aquí está mejor, y se pusieron a bailar frente a mi, entonces yo muy sonriente los estaba viendo, bailando en mi lugar y disfrutando de la escena cuando de pronto, sin darme cuenta casi, se me llenaron de lágrimas los ojos y comencé a llora y llora!!! buuuaaaa!!! y no es que mi abuelo bailara mucho, de hecho no sé si esa música le gustaba, no era de esas cosas, pero la escena, el abuelo, las nietas, mi otro abuelo al que sí le encanta esa música, todo todo junto se desparramó en unas lagrimotas que quise esconder volteando mi mirada hacia la orquesta pero que ni el break que pidieron para estirarse un rato evitó. así que terminé yéndome a casita a pensar a gusto, a extrañar a gusto, a desparramar tantas cosas a gusto. terminé, claro, yéndome corriendo a la casa de la chinita porque me dio un miedo terrible a estar sola en mi casa, lo cual es bastante inusual, ya que a mi me encanta estar sola. y no era miedo en realidad, era como desconfianza, era como demasiado extrañar, era como un vacío extraño que apenas el abrazo de mi nena esa noche y el de mi mamá al siguiente día lograron rellenar.
estoy yendo, por cierto, a un curso de diseño arquitectónico de jardines los sábados y está muy padre, tanto que de nueva cuenta me entró la inspiración para seguirle a mi abandonado y horrible patio-jardin y ya removí macetas, podé las que estaban feas y casi secas, y estoy por comprar unas macetas más decorativas para enmarcar la fachada que de por sí no es bonita y hacerle el favor. ahora que los planes están cambiando bastante en mi vida y los apresurados pasos se volvieron sobre sí, tengo muchas ideas para esa casita que, sin tanta inversión, nuevamente volverá a las andadas del regenere continuo.
ya voy a quitarle esas hojas a la chinita aquella que ya me tiene mareada con su rosario de letanías veterinarísticas y le voy a robar un beso, a ver si así se le pega algo si no de sus estudios, sí de mis enfados.
:)