gaznápira!!! (así ando a veces... últimamente)

asistiendo a los dolores, no puedo fallar con lo asignado. me han dicho que me toca aguantarme y hacer gestos, mientras ellas (qué cómodas) se encargarán de picarme el vientre cuando les dé su regalada gana. pero tengo un as bajo la manga: uno de estos días, sin que se den cuenta, llegará la hoja de preciso (y precioso) acero inoxidable, yo le abriré la puerta y pasará en silencio, de puntillas, acompañada de otras piezas tan hermosas como ella, hasta llegar a las comadres encimosas, las de los dolores, sacándolas de una sola patada en el trasero pero con sumo cuidado para que no chorreen su gazmoña. saldrán detrás de ellas los aceros y cerraremos la puerta.

seguiré asistiendo a los dolores después, lo se, pero serán ponzoñas nuevas.

y yo renovare mis fuerzas.